Los vehículos de la mayoría de los usuarios han estado parados más tiempo, o no han hecho los kilómetros que suelen hacer por el confinamiento. Esto hace que los tubos estén más sucios por haber estado tiempo sin moverse. Al no forzar el motor, la carbonilla que desprende se pega al tubo de escape y cuando se acelera este hollín se desprende y hace que opacímetro se dispare en sus mediciones. Y además de las baterías gastadas que muchos conductores se encuentran cuando van a arrancar el motor, en las ITV están echando para atrás, o no pasan la inspección vehículos, más coches que en otras ocasiones porque sobrepasan las emisiones de gases o hay más opacidad de gases.
También están apreciando más defectos de luces rotas por haber estado sin utilizar, o de frenos que no se han dado cuenta porque quizás solo han sacado el coche para llevarlo a la ITV. De ahí que recomienden que se pasen antes por el taller para tener el coche a punto.
Recordamos también al usuario, que cuando un coche no pasa la ITV hay 30 días para resolver el defecto sin pagar de nuevo la inspección. Si se pasan esos 30 días se pagará un 70% de la tarifa de nuevo y si se pasan dos meses, el 100%.
Fuente: El Día de la Rioja